IV
CARACTERISTICAS DE LOS CUENTOS PARA NIÑOS
No hay fórmulas.- La Composición.- Literatura
con destinatario cautivo.- Literatura a
Empática y de Posicionamiento.- Los lugares Comunes de la no Literatura para
Niños.- Función comunicativa y de Identidad.
·
No
existe modelo alguno de composición que, de antemano, infaliblemente brinde un camino que evidentemente garantice una auténtico
cuento para niños. Esto es una creación permanente que responde a los hombres,
sus experiencias y los lugares y las épocas en que les toca vivir.
·
Sin
embargo, "Poética es oficio y se ha de relabrar en todo"- al decir de
Martín Adán-, labranza en palabras, hallazgos verbales y revelación del ser por
la palabra. Rebeldía frente al acontecer y compromiso total con los valores
humanísticos. Toda obra de arte es una composición y, como tal, sujeta a un
orden, analizable.
·
Una
genuino cuento para niños afirma su esencia literaria. Es, por lo tanto,
comunicación mediante imágenes verbales de un universo por el que se accede más
profunda y esclarecidamente al mundo cotidiano.
·
Pero,
por ser literatura con destinatario cautivo, el cuento debe operar en los
límites de la Empatía y del
Posicionamiento. Aspectos que requieren una detenida explicación.
·
Hay
una literatura desde el escritor, que expresa su sentir. Con esta escritura el
creador sirve a otros consigo y "se entrega" para ser leído. Este
tipo de literatura, sin ser necesariamente confesional, funciona siempre como
el mensaje exclusivo del ser del escritor para los demás. Puede, en casos
extremos, llegar a ser testimonio de sus demonios, una especie de
"catarsis calami" a la que se entrega el escritor sin importarle en
absoluto, aparentemente, llegar a nadie; variante del mensaje en la botella,
cuando no el ejercicio de una escritura absurda que se permite declarar se hace
" por el mero goce de escribir".
·
Hay
otra literatura que se estructura desde lo que el escritor supone que espera el
otro. Esta literatura trata de expresar el sentir de sus lectores. Con este
tipo de literatura se sirve a los demás con sus propias intenciones, ya que la
inspiración proviene de los lectores y les devuelve la imagen que el autor
tiene de ellos. Esta actitud no exime del goce de escribir, pero no se le
enuncia como proclama de intenciones.
·
Esta
literatura desde los demás reclama un sondeo de las imágenes que el creador
tiene de sus destinatarios, a diferencia de la literatura desde el escritor
cuyo sondeo es íntimo y biográfico. Posiblemente esta literatura sea menos
psicoanalítica y más socioafectiva. Posiblemente lleve a los escritores a ser
ellos menos sus depresiones, frustraciones o pesares. En todo caso, sus
productos trasuntan una optimista identificación con la situación psicosocial
de sus lectores.
·
El
proceso por el que uno de los individuos en comunicación, o los dos, asumen al
comunicarse el sentir del otro, se denomina empatía. Por eso voy a llamar al segundo tipo de literatura, cuyo
proceso he venido describiendo, Literatura
Empática (LE). Adelantaré que ésta me parece la ubicación la LPN y jóvenes.
·
No
debe confundirse la LE
con el género épico; pues, no le es ajeno el lirismo y también puede darse en
las obras dramáticas. En el caso específico de la LPN y jóvenes es posible
reconocer en ella las imágenes que el autor tiene de estas etapas de la vida,
su capacidad de identificación con la ilusión y la rebeldía que las
caracterizan.
·
Pero
la LE requiere de
una actitud complementaria a la empatía, porque la empatía es subjetiva. El
escritor para niños y jóvenes debe actualizar constantemente sus valores,
adecuándolos a los cambios del tiempo, debe revisar sus temas para aproximarse
a las preferencias de sus lectores desde lo que ellos son o quieren y no desde
lo que el autor fue o quiso cuando niño. Con más precisión, la auténtica LPN
reconoce que el niño es un producto de su cultura, de los hechos socializantes
que sobre él operan, porque cada sociedad tiene costumbres establecidas de
criar y de ver a sus niños. A esta actitud inquisitiva de lo que los niños
esperan y valoran se conoce como Posicionamiento.
·
Asumir
el punto de vista del posicionamiento y su práctica en los cuentos para niños,
permite superar algunos estereotipos en los que es fácil caer o que se
encuentran a menudo confundiendo el nivel literario de las creaciones para
niños.
·
La
auténtica LPN sortea con imaginación y originalidad el río de "lugares
comunes" de la escritura superficial. Nos referimos concretamente a: la
actitud edulcorada, el abuso del diminutivo, confundir escapismo con
imaginación, el activismo por la acción vital, el privilegio del caos y el
desorden, las historias góticas forzadas, la trampa de la moraleja y de los
estereotipos ajenos a una realidad. A continuación, trataremos detenidamente a
cada una.
La actitud edulcorada.- Los escritores deben evitar en
sus creaciones para niños la actitud falsamente dulzona que quiere pasar por
sencillez.
De la misma manera que en un determinado
momento de la historia de la literatura se llegó a hablar de asuntos y cosas
poéticas con exclusión de otras, prolifera en la no LPN el tono falsamente
tierno y la referencia reiterada a blancuras, rosas, celestes y amarillos fra
angelicales, a cachorros, flores, rondas y casas de miel. Reediciones forzadas
del Paraíso y de los países de Jauja o
de la Cucaña. Todo
un mundo edénico falaz, impoluto y simplón que quiere pasar por sencillez, cualidad
literaria que es bien sabido equivale a naturalidad.
La actitud edulcorada revela que el escritor
tiene una imagen idílica superficial de la niñez.
El abuso del
diminutivo.- De
estadística agobiante y reiterada, la necesidad de crear un mundo proporcionado
al nivel de visión de los lectores infantiles deriva a la solución fácil de
emplear excesivos diminutivos. Prácticamente la no LPN podría llamarse la
literatura del diminutivo, cuya función expresiva, por lo demás, no es
necesariamente señalar lo pequeño.
Generalmente es esa desesperante monotonía del empequeñecimiento lo que termina
por anular el valor expresivo de las obras para niños, cuyo lenguaje debe ser
fluido, claro, sencillo, ocurrente e ingenioso y lleno de inventiva.
El abuso del diminutivo revela que el escritor
tiene una imagen pueril de los niños.
El escapismo, por la
imaginación y la fantasía.- La ficción en el cuento para niños no debe lindar con el escapismo o
la huída. La fantasía debe servir como recurso que permite el encuentro de la
verdad, la bondad y la justicia. La fantasía es el ropaje para presentar
personajes nobles de espíritu y no de alcurnia, amantes del trabajo, sinceros y
amables, héroes francos y generosos, seres solidarios y alegres. En fin,
humanos luchadores y sagaces, enemigos de la mentira, la injusticia y la
vanidad. Personajes ingeniosos, bromistas, soñadores, ágiles de pensamiento y
acción. Personajes capaces de generar un sano optimismo en las posibilidades de
los seres humanos para transformar el mundo por su esfuerzo conjunto.
El escapismo revela en el escritor una visión
intensamente subjetivada de la niñez como un mundo incontaminado.
El activismo, por la
acción vital.- De la misma manera que en dramaturgia la mera
suma de acciones no hacen una obra dramática, el encadenamiento infinito de
peripecias no equivale al movimiento y al dinamismo vital que es necesario
tengan las obras para niños. Toda literatura debe trascender las experiencias
inmediatas que promueve y la LPN
y jóvenes no es una excepción. El activismo es superficial, el dinamismo vital
es penetrante. El niño, que ve el mundo por primera vez y lo expresa con
palabras que inventa, cuando aún no ha aprendido las que el idioma le va a
proporcionar, el joven, que lleno de energía se lanza vehemente a descubrir el
mundo, están viviendo intensas experiencias exploratorias que no pueden
simplificarse en un cúmulo de acciones concatenadas sin fin, como en las
telenovelas.
El activismo revela en el escritor una total
ignorancia de las motivaciones del mundo infantil y juvenil.
El caos y el desorden,
por la justa rebeldía.-
El mundo se transforma por el esfuerzo común que conjuga varias voluntades en
pro de un objetivo común. Cuando con el caos y el desorden se quiere expresar
el mundo infantil y juvenil, se suscribe una concepción errada de lo que en
ellos es rebeldía. La rebeldía es una posición con causales explícitos, y el
escritor debe hacerlos notar en la acción misma.
Cuando se emplea el caos y el desorden como
recurso el escritor está revelando su total ignorancia de los mecanismos de
pensamiento y los valores del mundo infantil y juvenil.
La escritura gótica
forzada.- La magia
y la realidad no son excluyentes sino complementarias. Hay en la magia el
intento precientífico del hombre por comprender el mundo para dominarlo y
transformarlo de acuerdo a sus requerimientos, de la misma manera que hay en la
realidad aspectos maravillosos, por lo inexplicables, que se nos imponen
preñados de magia. Todo esto es luminoso y esclarecedor. Pero, la escritura
gótica forzada, el misterio trasnochado, las brujas aterradoras e
invencibles, la obra de terror “draculiano”
que terminan por hacer del mal una fuerza incontrolable y siempre triunfal, no
debieran estar presentes en la LPN y jóvenes. Por el
contario, es ésta una literatura desmitificadora de la maldad, ridiculizadora
de la prepotencia, reveladora de las debilidades de los mecanismos del abuso y
de la tiranía, docente de la actitud rebelde y de la ilusión constructora. La LPN y jóvenes puede recurrir a
lo onírico y al símbolo; como la rosa azul de la literatura romántica, puede
mostrar lo subterráneo que espera a su explorador, el enigma que aguarda al
niño o al joven listo , despierto, agudo y vivaz que lo resuelva.
La escritura gótica forzada revela en el escritor
una crueldad malsana y una visión esotérica de la niñez y de la juventud.
La trampa de la
moraleja.- El
comportamiento social, la manera alturada de relacionarse con los demás, las
exigencias de una vida social sana, las normas éticas o morales, no se imponen
verbalmente, se adquieren en la vida cotidiana, se aprenden del ejemplo activo
de los mayores con quienes niños y jóvenes conviven. Mal se puede pretender, a
partir de un cuento o de un espectáculo teatral, ejercer influencia y orientar en
este sentido. Lo que no exime al escritor de dar coherencia al mundo fabulado.
En aras de un falso respeto a las tradiciones no se tiene por qué repetirlas
tal cual se han heredado. Pues, éstas son manifestación de una concepción
mimética y legendaria propia de los hombres primitivos, y corresponden a
momentos históricos o estadíos culturales en los que no se respetaban los
mismos valores que en la actualidad.
Armar la trampa de la moraleja revela en el
escritor una concepción pedagogicista del género.
Los estereotipos
ajenos a una realidad.-
No es mero chauvinismo que los personajes y lugares de los cuentos para niños
provengan del espacio sociocontextual de los niños que escuchan estos cuentos. El encanto de
obras peruanas como "La noche de los Sprunkos", de César Vega
Herrera; "El bragrecico", de Francisco Izquierdo Ríos" ; "
Cholito de los Andes Mágicos", de Oscar Colchado, se produce porque mencionan a lugares, animales y plantas propias
de nuestro país; porque describen niños que son como los nuestros y no
princesas de cabellos de oro y de piel blanquísima.
Cuando el escritor de cuentos para niños cae en
los estereotipos revela falta de sensibilidad para la observación, un
sentimiento extranjerizante, indiferencia o alienación y una visión poco crítica de su país.
·
Indesligable
de sus destinatarios, la LPN
reclama una intensa, atinada y conciente identificación con ellos, con su
sentir, su deseo de mejorar, de jugar, de descubrir el mundo y darle un sentido
orgánico a todo lo que percibe. Comprenderla básicamente como literatura
empática y de posicionamiento permite entender
por qué muchas veces los niños y los jóvenes hacen suyas obras que
originalmente no fueron escritas para ellos, pero que trasuntan la actitud que
ellos esperan del autor.
·
El
escritor debe ser sincero y estar seguro que no siempre es necesario pensar en
el niño para encontrarse con un producto
genuino de literatura para él. Hay un tono, un decir y un mundo que él reconoce
como suyo. No olvidemos que leer es un diálogo, saber escuchar la voz escrita
del otro, saber reconocer el tono que exigen las palabras para ser expresivas,
el gesto que reclaman las frases para ser exactas. La genuina LPN posee una
vibración humana apropiada a los requerimientos de sus destinatarios, que ellos
siempre reconocen.
·
La LPN no es ajena a la exactitud de una comunicación eficaz, por lo que
debe interrumpir a tiempo el discurso.
No extenderse más allá de lo que el texto exige. Cualidad que, en el caso de
los niños varía según la edad y la capacidad de concentración para escuchar que
se tiene en ese momento de la vida.
- Los
cuentos para niños, a pesar de la fantasía y la ficción que emplean no se
desligan de su lugar ni de su tiempo y expresan siempre el sentir de
determinadas culturas en un momento determinado de su historia. El
historicismo de los cuentos para niños no se corresponde con fechas,
hechos o lugares concretos, sino con una visión del mundo propia de un
grupo humano determinado. De allí que algunos cuentos muy antiguos posean
capacidad para llegar a los niños de otros tiempos y lugares.
- Un
aspecto que no debe soslayarse es la relación intensa e íntima que tiene
actualmente el niño con las historias y personajes de la televisión y con
los juegos de computación. Si bien, por una parte estas historias y
personajes pueden limitar su capacidad imaginativa, desde otro enfoque la
enriquecen con seres fantásticos que pasan a formar parte de su vida y de
sus juegos. Una nueva mitología se inaugura con estos personajes y sus
aventuras que la literatura para niños no ha asumido aún plenamente.
- Los
cuentos para niños son instrumentos de identidad e identificación, de
familiaridad, acercamiento y comprensión de la vida, del mundo y de los
demás.
PRACTICA 4
a) Hacer un cuadro sinóptico de las características
tratadas.
b) Leer en grupo los cuentos que hasta el
momento se hayan seleccionado y comprobar si cumplen las características
enunciadas para la genuina LPN
c) Reconocer la frecuencia de alguna
característica que no haya sido tratada en el capítulo
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