martes, 3 de marzo de 2009

TEATRO Y PROCESO DE HOMINIZACIÓN



1. La educación es un proceso permanente de adquisición y renovación de los moldes culturales, por el que los individuos aprenden a ser(identidad), a convivir(sociabilidad), a hacer (trabajar), a aprender(estudiar) y a transformar(creatividad); por lo tanto no se puede excluir de este proceso ningún área de experiencias humanizantes y hominizantes de captación y análisis de la realidad (natural y social) y de la expresión de las vivencias adquiridas (comunicación).
2. El teatro, por su naturaleza totalizadora de la experiencia social moviliza la unidad integral de la persona y, en este sentido, es un instrumento de personalización de primer orden. Posibilita la afirmación de la individualidad del ser (identidad), de su sociabilidad (convivencia y relaciones humanas), de su quehacer (tareas constructivas), de su potencial de autoaprendizaje y de creatividad. Como ejercicio expresivo-crítico-creativo el teatro posibilita a los educandos el empleo armónico de su cuerpo y de su voz y pone en juego los dos hemisferios cerebrales propiciando el empleo de tanto el pensamiento convergente como el divergente.
3. Las prácticas de Apreciación y Expresión teatrales posibilitan:

a) Dominio creciente del empleo del cuerpo y la voz expresivos.
b) Integración de procesos que requieren de los pensamientos convergente y divergente, para:
.- Afirmar la identidad
.- Ejercitar la sociabilidad
.- Promover la creatividad
.- Propiciar el trabajo de equipo
.- Enriquecer la percepción de lo humano.

4. Promueve la creatividad toda actividad que pone en juego la espontaneidad, la libre expresión, la riqueza de puntos de vista, la aceptación de la propia diferencia, el afinamiento de la sensorialidad y la profundización de las experiencias perceptuales, valorando la actitud positiva durante los procesos, y la originalidad de los productos.
* La eficacia del teatro para la promoción y afirmación de la creatividad (la creatividad no se desarrolla) depende de la metodología empleada. La relación práctica teatral/creatividad no es automática, depende de la metodología empleada. También hay un teatro repetitivo y rutinario que Peter Brook llama "mortal".

5. Actualmente las actividades artísticas forman parte de las propuestas en los Programas del Ministerio de Educación. Pero su desarrollo es opcional entre: teatro, folklore, música y artes plásticas.
En el caso del teatro, hay muy pocos especialistas de sus aplicaciones en la educación. Y si se hacen cargo del dictado los actores, van a hacer teatro como actores sin manejar las técnicas apropiadas.

Los lugares más convenientes para obtener sus beneficios continúan siendo los escasos talleres que desde los años setenta propiciara el Centro Cultural Nosotros. Una de las experiencias más interesantes en los últimos tiempos en esta área es la hecha por Ana Correa con niños de la Comunidad chinchana de El Guayabo.

En las experiencias con talleres de teatro con niños hay que cuidar mucho de no dejarse arrastrar por el deseo de exhibición de los padres, que puede satisfacerlos mucho a ellos, pero que no siempre le hace bien al niño. Un niño debe ser objeto de preocupación, nunca de exhibición. Es muy triste el crecimiento de los niños prodigio, genio o precoces en nuestra sociedad del escándalo.

6. En la educación hay resultantes previsibles que alternan con otras imprevisibles. Posiblemente sea una constante de la práctica teatral el desarrollo de la confianza en los propios medios expresivos y de la conciencia social, en cuanto capacidad de análisis de la sociedad. Pero esto depende, tanto del animador o conductor del taller como de los mismos alumnos y su familia. En unos aparece, en otros, no.

Lo que sí puedo testimoniar luego de cincuenta años de práctica, es que los niños y jóvenes que practican el teatro en la escuela y el colegio o en la universidad nunca olvidan la experiencia y se sienten muy bien de haberlo hecho. Pero este dato mío es empírico y testifica mis encuentros con viejos alumnos que ahora frisan más de cincuenta años y que, en actitud satisfactoria, ponen a sus hijos en talleres de teatro también. Pero nadie ha hecho un seguimiento sistemático de los cuadros que han pasado por escuelas o talleres. Ésta es un área de investigación que espera su estudioso.

¿Puede afirmarse que el teatro practicado en los primeros años de vida conduce a ser buen espectador de teatro? ¿Hay relación entre el número de espectadores y la labor realizada en los últimos cuarenta años? Sería interesante investigarlo porque significaría que la práctica teatral les desarrolló saludables hábitos recreacionales. En el mundo el único estudiosos que analiza estos aspectos es Roger Deldime, de Bélgica. Sara Joffré tradujo uno de sus muchos libros con el título de "El Niño y el Teatro". Las expuestas hasta aquí son sólo opiniones muy personales que, si bien es experiencia, no es ciencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario