domingo, 8 de marzo de 2009

CUENTOS PARA CRECER

Aprendiendo a Mirar el Mundo


Abril

El sueño de las hojas

Todo cubierto de hojas, el suelo del parque camino de la escuela. El viento las levanta y las aleja aún más del árbol del que las arrancó. El jardinero viene a barrerlas con cansino andar... Me dan pena. Parecen fugitivas condenadas a jamás volver.

Me detengo y converso con una de ellas. "No te apenes -me dice- toda la primavera y el verano gocé del sol y del perfume de las flores y del dulce aroma de los frutos. Las abejas me arrullaban con sus zumbidos, las mariposas me alegraban con sus colores voladores. Mil pájaros de matizado plumaje vinieron a cantar cerca de mí posados en las ramas. Soñaba, entonces, volar con ellos...

Un día me torne amarilla, vino el viento y se cumplió mi sueño. Después, cual si fuese una flor, he ido variando mis colores aquí en el suelo. A veces el viento que me hizo pájaro me vuelve a elevar y juego una ágil ronda con mis compañeras... Es verdad que no puedo volver al árbol, pero no me quejo. He sido pájaro y ahora soy flor. He vivido intensamente y soy feliz.

Me sonríe, le sonrío. El viento de las horas me empuja y a vivo paso sigo caminando hacia la escuela.

Mayo


El secreto de la hierba

La piso y no se ofende. La arranco y no protesta. Y su verde es tan verde que de verde nos llena: la hierba.

Es un mundo maravilloso la hierba. Me brinda su blandura para echarme sobre ella boca arriba mirando las nubes del cielo como hato de ovejas lejanas.

Me olvido de todo y navego. La tierra es mi nave. Me abandono y vuelo por el espacio sin tiempo en alas de la imaginación. Le confío en voz queda al oído: " ¡Qué inmenso y hermoso es el cielo, ¿verdad?"... Clara y tierna susurra asintiendo: "Verdad".

- Voy a confiarte un secreto. ¿ Sabes por qué me extiendo tanto?

Con un gesto mi cabeza declara mi ignorancia. No sé.

Continúa la hierba: "Tengo una ambición. Cubrir la Tierra entera hasta hacerla tan verde como el cielo es azul!

Me incorporo y aún sentado veo grandes manchas de tierra gris y otras tantas de hierba amarilla y reseca. No sé por qué el tiempo vuelve a mí para recordarme que se me puede hacer tarde. Vuelvo hacia mi amiga y me despido con un beso. Y sigo caminando hacia la escuela.


Junio


La generosa

El parque a menudo silencioso se ha llenado de un murmullo especial.
Todo en él parece decir: "¡Ya llegó, ya llegó!.

Curioso por saber quién ha llegado me distraigo y siento que mi píe se hunde en un charco. La hierba está cubierta de agua y bebe con ansia el preciado líquido que a mí me ha mojado el zapato.

Es la acequia generosa que, al sentirse llena de agua, la brinda a manos llenas a árboles y hierba.

Corro hasta sus orillas y alcanzo a ver una hojita exploradora que aprovecha la ocasión y se despide del árbol para descubrir el mundo. Sin pedirle su opinión yo hago lo mismo con una ramita que se aleja gritando: " Graaciaas...

Quisiera quedarme, o irme con ellas tal vez. Pero el zapato enojado me recuerda que debo secarlo, que tengo una maestra que me espera. Y sigo caminando hacia la escuela.


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