domingo, 22 de marzo de 2009

ANIMA MUNDI

El Futuro del Títere

Reflexiones en el Día Mundial del Títere

I

¿ Quién no se ha tropezado alguna vez con un banco y ha reaccionado riñéndolo, como si el banco pudiera entender?. Sin proponérselo concientemente le ha dado al banco animación. Recordemos cómo a veces los niños hacen hablar a los objetos con los que están jugando y animan terribles batallas con sus soldaditos de plomo añadiendo a viva voz los ruidos de las armas de guerra. Pues bien, todo esto es posible porque los seres humanos tenemos la capacidad de animar todas las cosas que nos rodean. Muchas personas tienen la costumbre de hablar con las sillas, la escoba o la sartén mientras hacen la limpieza del hogar o están cocinando. A veces se les pinta ojos, nariz y boca para dar más realismo a esta animación. Lógicamente aplicamos esta posibilidad de hablar y moverse a todos los muñecos del mundo.

En general, se denomina Títere a un muñeco animado; pero ésta es una visión limitada, ya que también puede aplicarse el nombre a partes de nuestro cuerpo y a los objetos a los que damos movimiento.

El diccionario define títere como: "Figurilla de pasta u otra materia, vestida y adornada, que se mueve con alguna cuerda o artificio". Posiblemente, deriva de la raíz onomatopéyica teter que significa tiritar, temblar de frío o de miedo.

Pero el concepto artístico de títere es más amplio y se refiere a todo objeto o cosa existente a los que se presta animación, incluidas partes de nuestro cuerpo.

La clave fundamental del arte de los títeres es la animación. Todas las prendas de vestir, las telas, los muebles, los enseres de la cocina, pueden ser animados; la lista es muy extensa y dependerá siempre de la imaginación de los titiriteros, que son los artistas que manipulan los títeres.

Animación es acción y efecto de infundir alma o ánima. Implica acción, movimiento. desplazamiento de seres inanimados que, por estos motivos, parecen como dotados de ánimo. Igual que los seres vivos dotados de movimiento y que, por tener esta característica se les llama "animales".

Animar es dar actividad a lo que está inmóvil. Comunicar la alegría del movimiento a un conjunto de personas que se muestran desanimadas. ¿ Se ha dado cuenta que las personas desanimadas, sin ánimo, parecen desinfladas? Esto no es mera casualidad. Animo proviene de la palabra anemo que significa aire, soplo. Por eso, cuando estamos desanimados y alguien nos palmea el hombro y nos dice "ánimo", respiramos hondo y levantamos el pecho. Cuando asistimos a una fiesta poco movida decimos que le falta animación.

En la manipulación artística de títeres animación es sinónimo de humanización. Un títere representa a los seres humanos. Puede hacerlo por medio animales, de objetos y cosas y hasta de figuras abstractas. En todos los casos los movimientos realizados aluden a lo humano, se les da una conducta o comportamiento propio de los seres humanos. La humanización del mundo de los objetos y de las cosas es lo que otorga trascendencia al arte de los títeres. Como todo en ellos está referido al hombre, sus costumbres, sus oficios, sus sentimientos, sus relaciones es posible acceder imaginativamente a metáforas de la vida humana capaces de despertar y enriquecer nuestra sensibilidad.

II
El títere es un personaje. O sea que representa a un hombre o a una mujer. Cualquiera que sea su forma, el títere siempre evoca trazos humanos. No necesita ser realista o detallista para esto. Esta evocación recurre a la similitud de los movimientos, de las direcciones de la expresión corporal, del ritmo, de los colores, de los efectos de la iluminación, de las telas y diferentes materiales.

Cuando es concretamente un muñeco, un títere es más una caricatura, porque sus rasgos se exageran con el objeto de acentuar su carácter. Las caras de los muñecos son expresivas como máscaras. Pero nunca son detallistas. El títere simplifica rasgos, sintetiza gestos, tipifica. Como no hay animación sin alegría, para el desarrollo de sus temas habitualmente elige el camino del humor y del grotesco, como los payasos. Actualmente se interpenetra con el teatro dramático, la pantomima, los dibujos animados y las tiras cómicas.

Hemos dicho que el artista especializado en el arte de los títeres se llama titiritero, titerero o titerista. No creemos que deba dejarse de llamarlo así y cambiar su nombre por el de animador, que evoca al locutor que conduce espectáculos. El titiritero es más que un simple animador de muñecos y objetos, es un creador, un mago del movimiento. Como todo esto lo logra principalmente por medio de sus manos, el titiritero es un poeta de la manipulación.

Breve recuento histórico

No se sabe con exactitud cuando comenzó esta práctica. La animación de los objetos del mundo posiblemente se remonte a los comienzos de la cultura humana y, en este sentido, no hay pueblo del mundo que no haya practicado los títeres a su manera. Los estudiosos han registrado, en Egipto, Grecia y Roma, figurillas de barro cocido que podrían ser los más antiguos testimonios. Se cuenta que los sacerdotes egipcios articulaban las estatuas de sus dioses para dar la apariencia de que se movían y contestaban a preguntas. Curiosamente, se cuenta que la Santa Inquisición de Lima tenía un Cristo crucificado al que hacían mover la cabeza afirmativa o negativamente, según decidieran o no condenar a un reo. Los griegos llamaron neuropasta a sus muñecos animados. Jenofonte los menciona en su Symposium en el siglo V a.C. En Roma, los personajes de la farsa atelana parece que sirvieron para el diseño de muñecos. También en los pueblos de Oriente (China, India, Java, Japón) hay testimonios muy antiguos de práctica del arte de los títeres. Y por cierto en nuestras culturas prehispánicas.

Los artistas de la Comedia del Arte, en el Siglo XVI, hicieron de títeres de mano, personajes nacionales, como los ingleses Punch y Judy; el alemán Kasperl, y el ruso Petrushka. En Francia son famosas las comedias bufonescas, de palos, luchas violentas y exageradas visiones de incidentes de la vida doméstica protagonizadas por Guiñol, que es un títere de guante característico de las ciudades de París y de Lyon. La palabra marioneta proviene del vocablo francés marionette o "pequeñas Marías (Marion), que era el nombre que se daba a los ángeles en las representaciones religiosas.

Heinrich Von Kleist escribió durante el periodo romántico un hermoso ensayo sobre el significado de los títeres. Ya en nuestro tiempo, el poeta español Federico García Lorca practicó el teatro de títeres. Y hasta el cine ha asumido películas donde los personajes son muñecos animados. La primera película que se hizo en esta línea animaba fósforos y se llamaba "Los hermanos boutdebois". El gran titiritero checo Trnka ha realizado notables películas con muñecos articulados.

En nuestro hubo teatro de títeres en el periodo colonial. Pero es con Ño Valdivieso, según cuenta José Gálvez que lo vio en su niñez, que este arte adquiere identidad peruana por los personajes típicos que introdujo: Mamá Gorundia, Don Silverio, Orejoncito, Porotito, Misia Catita. Al público le encantaba su recreación de la corrida de toros.

Don Amadeo de la Torre, pintor y escultor cusqueño, siguió la tradición iniciada por Ño Valdivieso, presentando obras sobre costumbre limeñas. Trabajó con muñecos de hilo.

En nuestros días hay tres grandes grupos de titiriteros peruanos que han continuado la tradición, y que hoy son patriarcales maestros y guías de las nuevas generaciones: Marcela Marroquín, los esposos Gastón y Vicky Aramayo y Don Felipe Rivas Mendo, que ha heredado las marionetas del Barranco de los esposos Solari. Recordamos con especial emoción a Lucy Astudillo, que también realizó una gran labor.

Tipos de Títeres

El punto de partida de la metodología para la animación de títeres es la manipulación. La mano es, en realidad el primer títere, y luego viene todo aquello que la mano pueda animar. No digo todo aquello a lo que solo la mano pueda dar animación porque una de las técnicas cinematográficas que se emplea es el stop motion, que consiste en el proceso laborioso de mover poco a poco fraccionadamente el títere e ir filmando estos pequeños movimientos cuadro por cuadro. Técnica empleada también por Trnka para filmar sus bellas películas sobre leyendas checas. Es lo que ha hecho recientemente Mike Johnson, el gran colaborador de Tim Burton para la filmación de The Corpse Bride (El cadáver de la novia), labor que comenzó en 2003, un año antes de su estreno.

· El títere más simple, aunque no el más fácil de manipular es el de guante o manopla.
· Los títeres de vara o palos, pueden ser manipulados por una o varias personas.
Los Wayang kulit o Wayang purwa de Java, por ejemplo, aparecen como sombras sobre una sábana translúcida, se distinguen de los de Bali por la mayor longitud del cuello y ancho de los hombros. Las siluetas se proyectan sobre una pantalla, con ayuda de la luz de una lámpara de aceite.
También hay títeres sobre el agua.
El bunraku o el joruri, de Japón, manipulado por tres personas vestidas de negro, es un muñeco de la mitad del tamaño de una persona, que se anima por cables y palancas.
· Los títeres de hilo, tradicionalmente conocidos como marionetas.
· Los títeres de figuras rígidas colocados sobre una mesa. El público se sienta a esta mesa y allí goza del banquete titiritesco.
· El teatro de objetos, también colocados sobre una mesa.
· El teatro en negro, que son objetos manipulados por titiriteros vestidos de negro a los que no se les ve por la luz negra que se emplea para iluminarlos. Sólo resaltan ellos, por sus colores fosforescentes. La técnica se ha llevado a la televisión a colores. Jim Henson en Plaza Sésamo los empleó. Los Muppets; y los Spitting Image, de Roger Law y Peter Fluck, que representan escenas satíricas. En el Perú recuerdo la visita del famoso Topo Giggio. Ahora, los horrible títeres de Mueve tu Curul me hacen extrañar la riqueza imaginativa de La Casa de Cartón, dirigida pòr Jorge Chiarella, con escenografías de Carlos Tovar, libretos de Felipe Rivas Mendo. I la película La Cigarra y el Elefante, basada en un guiòn de José Watanabe que también produjo el Instituto Nacional de Teleducación, en épocas en que nuestra educación todavía existía como una luz de esperanza para salir del túnel.
· Ives Marc, mimo francés, alumno de Etienne Decroux, emplea su propio cuerpo, al que añade máscaras.
· Y como ya hemos mencionado, el títere en el cine.
· No incluiremos a todos los gobiernos títeres del mundo manipulados por los grupos de poder, los tenebrosos hilos del narcotráfico, la manipulación mental de los medios... que por cierto insultan la nobleza del títere, que es de una honradez y dignidad insobornable.

El futuro del Títere

Una escena culminante en la primera parte de El Planeta de los Simios, se da cuando los cosmonautas comprueban que el mundo en el que están es el futuro de la tierra por la muñeca que encuentran en las ruinas. Si los seres humanos sobrevivimos a la contaminación ambiental y moral con la que nos estamos suicidando como especie, parte importante de nuestra huella serán los títeres, tanto los muñecos confeccionados con tal intención como los objetos que fabricamos y que inertes darán testimonio silente de nuestra irresponsable incuria. Porque sin futuro de la humanidad no hay futuro para su mundo de objetos.

El títere representa en sus proyecciones más profundas la concreción de nuestra capacidad demiúrgica y de dar trascendencia a la existencia. Como vemos, ya no es posible reflexionar el títere únicamente como muñeco, su verdadera dimensión es ser objeto animado, posibilidad de los seres humanos de dialogar con todo lo que nos rodea, posicionamiento actual que se proyecta hasta los transformers, si alguna vez la máquina superviviera como únicos seres animados y pensantes de un mundo destruido por los seres que los crearon, pero a los que faltó capacidad de amor, de fe, de respeto a la vida.

No es gratuito que el cine nos brinde hoy historias de amor y muerte actuadas por muñecos de barro o de cera, o que se intente reproducir un mundo virtual de imágenes creadas por las máquinas y a las que venimos otorgando un irracional valor de existencia similar al nuestro. Claro, las imágenes virtuales no comen y es posible vestirlas desde el primer día elegantemente, no son pobres. Pero, la pobreza es un problema que no se puede soslayar cualquiera que sea el paraíso ofrecido. Y su solución será por las rutas del humanismo y no simplemente del humanitarismo asistencial. El títere ha expresado siempre este humanismo. Estará en el futuro de un mundo animado por el hombre, alegrado por el hombre, cantado por el hombre o simplemente será la huella muda de un dios suicida movido por el viento, calcinado por el sol en un planeta “hasta donde la muerte habrá muerto”.

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