viernes, 5 de marzo de 2010

COMUNICACIÓN SENSIBLE

Afirmación de la Autoestima en el Proceso Educativo

Organización de Situaciones Personalizantes


Se plantea el proceso educativo como la organización de situaciones personalizantes. Siendo la comunicación entre los sujetos actuantes el instrumento principal de la relación y la fuente fundamental de la información formativa o mensaje pedagógico, es necesario precisar la nomenclatura de los elementos del proceso de comunicación peligrosamente limitada actualmente a los agentes emisor-receptor, sin considerar los extremos "vivientes" fuente y destinatario, anteriores y posteriores a la emisión-recepción. Igualmente no se considera en la comunicación cara a cara la necesidad del encuentro y del acercamiento como condiciones previas necesarias para el intercambio comunicativo. También se debe garantizar el rigor y profundidad del proceso, descrito muchas veces en sus aspectos de superficie y sin considerar las imágenes que los interlocutores ponen en juego y que son un poderoso condicionante para la comprensión de los "mensajes escondidos". Para el efecto se asume el esquema del análisis conciliatorio desde el hablante y el oyente. y se recurre a los conceptos de Empatía y Posicionamiento.


Precisando conceptos
Dos conceptos que reclaman precisión son los de ruido y el feedback de los servomecanismos, peligrosamente aplicados muchas veces a la comunicación cara a cara.

Otra precisión se refiere a los grandes sistemas de comunicación a distancia que no son en estricto medios de comunicación de masas sino medios de comunicación a masas. En estos sistemas, son los canales los que funcionan a distancia. Medios son el lenguaje y en todos los casos éstos son o visuales, o auditivos, o audiovisuales. También se confunde el canal que es agente físico de transmisión con los receptores, que cara a cara son los sentidos (ojos, oídos) y que a distancia son un aparato especialmente construido para tal efecto. En todos los casos canales son el aire, la luz, las ondas hertzianas, etc.


Asimilaré aquí la brillante precisión del Dr. Ibico Rojas Rojas respecto a que "codificación" no es un término propio para la lengua, ya que ésta no traduce un signo a otros signo como es el caso del código morse o de banderas.

El rol del maestro

Todo esto nos lleva a reflexionar sobre el rol del maestro en la situación docente y del proceso de afirmación de la personalidad y de la identidad de los educandos. Desde el fundamento de la corporalidad, el sujeto va incluyendo instancias de identificación social, ecológica o cultural y finalmente histórica. El informe Delors parece haberlos considerado en su ya famoso rectángulo que nosotros pensamos debiera se un pentágono pues a los cuatro saberes que se mencionan sería necesario agregarle el "saber transformar o innovar", cualidad que será fundamental en el nuevo milenio.

Esta es la única forma de favorecer la afirmación de la autoestima en un educando que sabe ser, convivir, hacer, aprender y transformar la realidad.

























martes, 2 de marzo de 2010

DIDÁCTICA DEL TEATRO EN LA EDUCACIÓN

Balance de Medio Siglo de Prácticas

Las estrategias didácticas de este rubro son una aplicación particular de la gran estrategia de la aplicación del arte en la educación, cuadro complejo que incluye al dibujo, la pintura, la escultura, la fotografía, la arquitectura, la orfebrería, la textilería, la cestería, la cerámica, la música, la literatura, la danza, el teatro, los títeres, la pantomima, el cine, las tiras cómicas. Y sus especies particulares.

La dificultad mayor que hay para el diseño de una estrategia en la aplicación de los géneros artísticos en educación en el Perú es que el Proyecto Nacional carece de una Política Cultural explícita, por lo que cada docente tiene que limitarse a las propuestas curriculares, que han hecho una caprichosa selección de géneros, más que por necesidades de formación de los alumnos, por imposición tradicional privilegiando entre las artes plásticas a la pintura y la escultura, y a la música y la literatura, entre las artes difluentes.

Se recurre así en primera instancia al instrumento metodológico más difundido que son los Juegos de Libre Expresión que, en el caso del teatro, se actualizan como Juegos Dramáticos de Libre Expresión. Concretamente los JD de LE, comprenden dos grandes momentos: Las Tareas Dramáticas de Iniciación y los propiamente llamados Juegos Dramáticos.

La Libre Expresión es un proceso básicamente aleatorio espontáneo de reconocimiento, liberación y progresivo dominio de los medios expresivos y de los instrumentos de apoyo a la creatividad. El trabajo de libre expresión se inicia con el reconocimiento y control de los indicadores de inhibición.

Las inhibiciones están en íntima relación y coinciden plenamente con el proceso de maduración de los educandos. Reconocemos así una Inhibición física o corporal, asociada a inhibiciones de índole emocional, psicosocial, sexual o intelectual. Su constatación regirá el proceso de desinhibición, proceso que depende del temperamento de cada alumno así como de las experiencias íntimas, personales, de hogar. Como bien lo expresa K. Lewis en su famosa fórmula de personalización (1936), la conducta es una función de la persona y del ambiente
C=f (P,A)
Fórmula ampliada actualmente por las investigaciones en el campo de la Psicología Ambiental que incluye las formas cómo se han internalizado los datos del territorio a los factores culturales y la intersubjetividad establecida sobre todo con las figuras parentales o quienes las representen.

Este rubro posee dos indicadores infalibles, la respiración y la eutonía muscular, los cuales deben integrarse desde un comienzo al diagnóstico personal de cada alumno. Ambos indicadores son el fundamento del Control emocional base de la disposición necesaria para la motilidad liberadora y exploradora. El punto de partida es el ejercicio senso-perceptual de por lo menos nueve de los sentidos que, con el del movimiento permiten las coordinaciones para una debida exploración y reconocimiento del espacio. Es sobre este nivel que actúa el llamado calentamiento para la expresión, que comprende la relajación, la concentración, la apertura sensorial, la disposición mental para las proposiciones creativas dentro de un ambiente que favorezca el comportamiento creativo.

Demorar o apresurar el tiempo dedicado a este proceso puede ser la clave del buen éxito o fracaso de todo proceso ulterior. Y aquí es donde funciona en alto grado la intuición y experiencia del profesor y sus cualidades de liderazgo, condiciones todas no siempre transmisibles, muchas intrínsecas a la personalidad del animador. Recuerdo especialmente dos charlas sobre el particular. Una dada en Brisbane-Australia, en un Congreso Mundial de Teatro en la Educación por John O´Toole, profesor australiano y otra desarrollada en Porto-Portugal por Michelle Barret, profesora franco-canadiense en el Primer Congreso Mundial. El primero hablaba del encanto o seducción que un profesor de arte puede llegar a proyectar sobre sus alumnos, para Barret esto era algo que no se podía enseñar y que se tenía o no se tenía. Sin querer colocarme en un salomónico punto medio creo que tanto lo uno como lo otro son técnicas posibles de adquirir si se trabaja con el debido orden y entrega sincera al alumno. En nada es más nefasto que en arte en la educación la existencia de profesores estrella que tratan de “robarse el show” o que confunden encantamiento con encanto, el encantamiento hipnotiza, el encanto activa. La seriedad extrema, aburre; la soltura incontrolada, distrae. La cáscara de plátano está siempre en el piso, nadie ha conseguido barrerla y es muy fácil sino ponemos toda nuestra atención pisarla y… bueno, “los accidentes están a la vuelta de una esquina”, pero indica imprevisión tenerlos cuando se pueden evitar o controlar. Para los efectos de esta contingencia sobre el auditorio, léase La Risa, de Bergson.

Las Tareas Dramáticas de Iniciación pueden ser totales o parciales y grupales o individuales. Su práctica incluye diversas técnicas de Motivación de la Expresión. Salvo en el caso de las primeras tareas las demás no son necesariamente secuenciales, aunque sí van haciéndose más complejas conforme los alumnos participantes adquieren una mayor familiaridad con sus medios expresivos. La progresión es la que regularmente empleamos en nuestro Método de Comunicación Sensible:

TD de I de Soltura, reconocimiento y liberación de los medios expresivos corporales.

TD de I de Adiestramiento Respiratorio y Vocal.

TD de I de Relación con el Espacio y los objetos.

TD de I del Sentido del ritmo y de las Relaciones espacio-temporales.

TD de I. de Relación con los demás seres humanos (Pedagogía del Colectivo)

Los Juegos Dramáticos que se proponen se centran en las situaciones (juego de roles), en los personajes (juegos de caracterización), en las atmósferas (juegos de ambientación) y en el decir (juegos de "actos de palabra")

No se promueven TD específicas de Concentración, Observación, Creatividad, Comunicación ya que estas son cualidades que se despliegan en todo momento. Aunque en el caso de la Observación se aumenta su grado de dificultad con Tareas de Investigación y Experimentación y, sobre todo, el ejercicio de la autocrítica y la crítica grupal, así como con la asistencia a espectáculos de teatro para la apreciación teatral. Y en el caso de la Comunicación se amplía el radio de experiencias con prácticas de Narración, Dramatización y Creación Colectiva.

En cuanto a la temática, que es inagotable, se trabaja desde la cotidianeidad hasta los niveles históricos de compromiso con la colectividad.

El proceso de evaluación es por descripción de avances y dominios y no cualitativa, ni cuantitativamente, considerando que cada alumno tiene su propio ritmo y ejercita su óptimo personal permanentemente.

El teatro como medio en la educación, tiene tres fines fundamentales:

a) El ejercicio permanente de las posibilidades de comunicación y el desarrollo de las capacidades expresivas corporal y vocal.
b) El desarrollo de la capacidad de percepción y análisis crítico de las relaciones humanas, y
c) El desarrollo de la capacidad de apreciación teatral y, en consecuencia, de la sensibilidad artística.

Son acciones para lograr estos objetivos:
a) La realización de Tareas Dramáticas de Iniciación, Juegos Dramáticos, Dramatizaciones Educativas, Creaciones Colectivas y Montaje de Obras ya escritas, Pantomima, Títeres y Formas Corales.
b) El segundo objetivo parte de las visitas planificadas a Áreas o Unidades de Observación , y sigue con tareas de investigación y muchas discusiones grupales.
c) El tercer objetivo requiere de discusiones sobre lo realizado en la escuela, trabajos de dramatización y asistencia a espectáculos.

Hay licencias y afirmaciones que sólo una larga trayectoria permite emplear, yo las llamo herejías porque normalmente escandalizan a los conservadores y a los que se atreven a pontificar sobre la didáctica del teatro en la educación sin haberla nunca aplicado; pero después de medio siglo de dedicación exclusiva a este rubro puedo afirmar que finalmente no hay más estrategia que la que surge del sincero deseo de que los alumnos aprendan y adquieran las competencias que les permitan ampliar cada vez más su radio de experiencias y del ordenamiento y disciplina que se despliega al respecto.

Toda relación que entrañe amenaza, apremio injusto, autoritarismo, exhibición gratuita de erudiciones innecesarias, desconocimiento de la especialidad y falta de profundidad será una barrera infranqueable para lograr los objetivos que las estrategias metodológicas tratan de ayudar a conseguir.

"Después de todos nuestros conocimientos sólo adquirimos aquél que ponemos en práctica, porque es gris toda teoría y sólo es verde y fecundo el árbol de la vida". La mejor estrategia es la que surge de las experiencias controladas de toda una vida.





lunes, 1 de marzo de 2010

REIVINDICACION DE LA MEMORIA

De las cuatro potencialidades tradicionales, de las que la educación debe proveer de estrategias para actualizarlas: la observación, la memoria, la reflexión y la creatividad, la segunda ha sido poco o nada cultivada en los últimos tiempos por habérsele asociado a una educación repetitiva, “de paporreta”, mecánica, en nada reflexiva ni creativa. Si bien la atingencia fue válida, no lo sigue siendo el extremismo al que ha llegado esta proscripción, porque al no ejercer la memoria se pierde la posibilidad de “almacenar” los datos básicos que sustentan la reflexión y la creatividad.
Recordar de manera fidedigna posibilita el cuestionamiento y las propuestas de transformación; lo que se llama comúnmente “experiencia” no es sino la enciclopedia vital que la memoria resguarda para que podamos comprender a los demás y perfeccionarnos. Es verdad que los mecanismos de la memoria son lo suficientemente fuertes como para permitirnos seguir ejerciéndola, a pesar de que nada se hace por orientar su dominio y reforzarla. Si no, de qué otra manera podríamos aprender los vocablos y la sintaxis de la lengua materna o de las nuevas lenguas, tan necesarias de dominar en nuestros tiempos. Salvo problemas congénitos especiales, la memoria es una posibilidad de todos los seres vivos, es una garantía de supervivencia en medios hostiles y de protección de la especie. ¿Por qué, entonces, no mantenerla activa en nosotros? ¿Por qué la educación debe prohibir el aprendizaje memorístico?

Una de las razones por las que el libro fue estigmatizado como un peligro en los primeros años de invención de la imprenta fue porque se consideró que su proliferación terminaría con la sana costumbre de transmitir a la memoria de las nuevas generaciones las tradiciones y valores caros a la cultura. Rad Bradbury en Fahrenheit 451, temperatura a la que se quema el papel, presenta en el capítulo final a un grupo de rebeldes cuya fuerza, frente a una tiranía absurda que ha decidido quemar todos los libros del mundo, radica en transmitirlos de memoria, único lugar que nadie puede destruir, salvo si se elimina al individuo. La imagen es clara y lo que debemos entender es que si limitamos el ejercicio dela memoria en nuestros educandos matamos parcialmente en ellos la experiencia que adquirirán sin intermediarios, testimonio inédito e irrepetible de su paso por el mundo. Hoy que contamos con variadas fuentes de información y almacenamiento de esta información, la memoria puede contribuir a su mejor aprovechamiento. Porque la fuerza no está en quien tiene mayor cantidad de datos sino en quien sabe combinarlos de manera original. Hoy se privilegia la creatividad. Pero la creatividad es imposible sin una buena memoria que sustente la búsqueda de nuevas combinaciones.

En el teatro, los actores crean sus personajes apoyados en su capacidad de memorización, trátese de textos escritos por un autor cuyos parlamentos y acciones deben recordar junto con las indicaciones del director, o que por un proceso progresivo de improvisaciones vaya estructurando el hecho dramático. Los actores de la comedia del arte, llamada también al improviso por su sistema de creación a base de tipos fijos o máscaras, aprendían de memoria textos clásicos y populares que introducían en el diálogo según las necesidades de la acción. En cierto modo, todos los seres humanos procedemos así en nuestra vida cotidiana, reaccionamos a las circunstancias con toda la experiencia almacenada por la memoria, a la cual recurrimos espontáneamente.

Pero hay un ejercicio superior de la memoria que los hombres del nuevo milenio no debemos dejar de practicar en aras de la supervivencia de la humanidad, la construcción de la historia por los testigos de la misma y no por especialistas que reelaboran los hechos según las conveniencias del poder. Ricard Vinyes Ribas dice en Los caminos de la memoria:

“Si en algún lugar vive la historia, ese lugar es sin duda la memoria. En archivos y libros aguarda, en la memoria habita.
“No deberíamos pensar en la memoria como si fuera una fotografía que reproduce la imagen quieta de una situación desaparecida… La memoria es supervivencia constante, es historia en acto puesto que a través de la memoria la historia continúa viviendo y reelaborando las esperanzas, proyectos o desánimo de los hombres y mujeres que buscan dar un sentidota la vida, encontrar (o poner) orden en el caos.
“La historia recordada que genera la memoria es la materia de la que se nutren esas esperanzas, proyectos o fracasos, pero también alimenta la sabiduría social de todos los sujetos…aún hoy, para las clases subalternas, es la fuente principal de conocimientos e interpretación de su existencia.”

No vivimos para recordar, recordamos para vivir. La memoria es un ejercicio vital de supervivencia cuya importancia no se puede soslayar. Los valiosos testimonios recogidos hace muy poco en nuestro país por la Comisión de la Verdad han rescatado la voz de los humildes expoliados durante la guerra sucia. ¿Podrían haberse logrado estas lacerantes declaraciones sin recurrir a la memoria? ¿ No demuestran los frustrantes procesos electorales la pésima memoria histórica que tienen las mayorías en el Perú?

El ejercicio del recuerdo es saludable y activa al sujeto para obtener valiosas experiencias. Nos quejamos de que nuestros educandos no leen. Pero, se olvida que el fundamento de una buena lectura es el dominio de una variedad léxica memorizada para nombrar verbalmente a las cosas del mundo, de tal manera que al leer reconozcamos simplemente otra manera de consignarlas. Los métodos mnemotécnicos están ampliamente difundidos y no son difíciles de aplicar. No olvidemos que todo acto de recuerdo se apoya en la intensidad de la experiencia, de la atención especial que a se haya prestado a lo que se desea recordar. Educar la memoria es por lo tanto una manera de enseñar a vivir más profundamente y sin superficialidades.

Entre los griegos Mnemosina, la diosa de la memoria, era la madre de las Musas, vale decir de las diosas de la ciencia y el arte. No creemos que esto entrañara entre los helénicos un acto repetitivo o de “paporreta”; el ejercicio del diálogo y las discusiones filosóficas en las academias nos dicen que esta memoria era ejercida como fundamento de proposiciones más complejas. Y de eso se trata en suma de permitir a los seres humanos penetrar con mayor rigor en la complejidad del mundo, un mundo que antes de ser analizado debe ser grabado fielmente porque ha sido contemplado con todos nuestros sentidos. La memoria emotiva es el cimiento de nuestra inteligencia emocional. Reivindiquemos la memoria, recobremos en nuestro proceso educativo el ejercicio memorístico. No por cierto la memoria mecánica irreflexiva, sino la memoria activa nutrida de asociaciones, creadora de analogías, humanizante, transformadora. El nuevo milenio necesitará de la memoria si queremos sobrevivir como especie. Como dijo el gran actor francés Louis Jouvet: “La sensación es el punto de partida”.